Crónica realizada por el Herbario SESTAO, de la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao (Javi Valencia y Santi Patino), que junto con Mercedes Herrera, de la Universidad del País Vasco han organizado la presente campaña. Se celebró del 28 de junio al 1 de julio al norte de la provincia de Burgos y sur de Cantabria, en la comarca de Las Merindades, teniendo como sede Espinosa de los Monteros. En ella han participado de forma continuada unas 30 personas pertenecientes a diversas instituciones de la asociación -Univ. Castilla-La Mancha, Instituto Botánico de Barcelona, Univ. del País Vasco, Jardín Botánico Córdoba, Univ. de Barcelona, Universidade de Lisboa, Real Jardín Botánico Madrid, Univ. Politécnica de Madrid, Univ. Complutense Madrid-Farmacia, Univ. Complutense Madrid-Biología, Herbario VAL (Valencia), Herbario SEV (Sevilla), Herbario V. J. Arán, Herbario SESTAO (Soc. Ciencias Naturales Sestao)- además de otros colegas y compañeros que nos han acompañado en algunas de las actividades.
Para todas las actividades disponíamos de las autorizaciones preceptivas de la Junta de Castilla y León, y en todo momento se ha evitado la recolección de especies protegidas tratando de respetar y proteger sus poblaciones.
El área visitada es muy diversa desde el punto de vista botánico, con una zona norte mas húmeda, con predominio de suelos silíceos y montañas que alcanzan los 1700 m donde aparecen abundantes elementos de flora subalpina y una zona sur mas seca, donde dominan los substratos calcáreos, con montañas de menor altitud y zonas de páramo, que propician la penetración de la flora submediterránea.
Primer día (28 de junio), después de la recepción de los participantes y posterior comida, comenzamos las labores de herborización en el robledal que hay junto al albergue, donde encontramos diversas especies típicas de melojar y aliseda, como Pentaglottis sempervirens, Equisetum hyemale, Genista florida, etc.
Luego nos dirigimos al cercano puerto de Los Tornos, una zona más alta con frecuentes nieblas y suelos higroturbosos, donde predominan especies típicas de turberas y zonas húmedas como: Menyanthes trifoliata, Drosera intermedia, Drosera rotundifolia, Pinguicula lusitanica, Carex rostrata, Salix aurita, Narthecium ossifragum etc. Acabada la jornada, volvemos al albergue y, después de preparar y prensar las plantas cenamos, nos retiramos a descansar.
Segundo día (29 de junio) con el fin de diversificar las herborizaciones, dirigimos nuestros pasos hacia Quincoces de Yuso para de aquí acercarnos hasta el barrio de Relloso, una zona bastante cálida y con sustrato calizo, donde realizamos una primera parada en claros de bosque de Quercus faginea con Spiraea hypericifolia y terrenos tipo paramera con Thymus mastigophorus.
Posteriormente nos dirigimos al túnel de la Complacera, una zona próxima donde debido a su altura cercana a los 1000 m se pueden contemplar elementos alpinos y subalpinos de notable interés: Genista hispanica subsp. occidentalis, Gentiana angustifolia subsp. occidentalis, Gymnadenia conopsea, Helictotrichon cantabricum, Leucanthemum maximum, Rhamnus alpina. subsp. alpina, Scorzonera aristata, Sideritis ovata, Saxifraga losae, Saxifraga aizoides, etc., y donde con un tiempo inmejorable y un paisaje excepcional decidimos comer.
Sideritis ovata. Especie abundante junto al Túnel de la Complacera. Foto: herbario SESTAO.
Sierra de la Magdalena y Túnel de la Complacera. Fotos: herbario SESTAO.
Tras la comida y parada en Quincoces para tomar café y resguardarnos un rato del sol, proseguimos el recorrido hasta la merindad de Sotoscueva, más en concreto hasta el desfiladero del río Trema cercano a la localidad de Cornejo, una zona rodeada de paredones calizos, con suelos arenosos de origen fluvial y donde la alternancia de distintos ambientes (encinares, quejigares, saucedas, alisedas, humedales, brezales y zonas degradadas con vegetación ruderal), le aportan una gran diversidad florística. Arrhenatherum elatius, subsp. bulbosum, Campanula patula, Carex lepidocarpa, Centaurea scabiosa, Chaerophyllum aureum, Cytisus cantabricus, Digitalis parviflora, Endressia castellana, Euphorbia flavicoma subsp. occidentalis, Genista florida subsp. polygaliphylla, Genista sagittalis, Prunus mahaleb., Rhamnus cathartica, Rosa corymbifera, Salix elaeagnos subsp. angustifolia, Saponaria ooficinalis, Stachys alpìna, Dryopteris carthusiana, etc., son solamente una pequeña muestra.
Dryopteris carthusiana, especie típica de aliseda, rara en el norte burgalés. Foto: herbario SESTAO.
Después de herborizar en esta última parada bajo un sol abrasador, decidimos dar por finalizada la jornada y volver al albergue, pues aun quedaba la dura tarea del prensado y se había recolectado bastante material.
El buen tiempo, animó a la gente a realizar el prensado en el exterior del albergue en medio del robledal. Foto: herbario SESTAO.
Finalizada la preparación del material, cenamos y aprovechando que hacía una noche fresquita algunos de los participantes decidimos acercarnos al bonito pueblo de Espinosa de los Monteros, donde acabamos el día en una animada sobremesa.
Tercera jornada (30 de junio) en primer lugar, nos dirigimos a la Merindad de Valdeporres, más en concreto a Robredo de las Pueblas, una localidad con cerros arenosos (donde viven Halimium lasianthum, Halimium viscosum, Chamaespartium tridentatum, Radiola linoides, Ranunculus nigrescens, Arnoseris minima, Hypericum linearifolium, Daboecia cantabrica, Hypochoeris glabra, etc.) y turberas y alisedas de fondo de valle que albergan una gran variedad de especies interesantes como Spiranthes aestivalis, Dactylorhiza elata, Epipactis palustris, Menianthes trifoliata, Arnica montana, Carex rostrata, Drosera intermedia, Narthecium ossifragum, Eriophorum angustifolium, Scirpus sylvaticus, Viburnum opalus, etc.
Drosera rotundifolia Viburnum opalus. Fotos: herbario SESTAO.
A continuación nos dedicamos a recorrer algunas de las localidades más emblemáticas de la zona donde viven un buen número de especies alpinas de gran valor que, dada la fragilidad de sus poblaciones, no se herborizaron pero fueron objetivo de nuestras cámaras.
Visitamos en primer lugar el Puerto de Lunada, una zona con unos paisajes espectaculares, y donde después de recibir las explicaciones pertinentes por parte de nuestra compañera Mercedes Herrera, pudimos disfrutar de la gran variedad de especies que allí viven y entre las que destacan: Aquilegia pyrenaica subsp. pyrenaica, Asplenium viride, Soldanella alpina subsp. cantabrica, Bupleurum angulosum, Festuca vivipara , Gentiana angustifolia subsp. occidentalis, Horminum pyrenaicum, Hypericum nummularium, Nigritella nigra, Phyteuma spicatum subsp. pyrenaicum, Potentilla alchemilloides, Primula farinosa subsp. alpigena, Pseudorchis albida, Ranunculus gouanii, Scorzonera aristata, Sedum atratum, Arenaria purpurescens, Coeloglossum viride, etc.
Hypericum nummularium y Arenaria purpurescens, dos especies presentes en el Puerto de Lunada. Fotos: herbario SESTAO.
De aquí, nos dirigimos hacia el Bernacho, una localidad situada en el corazón del macizo de Castro Valnera y donde además de gozar con algunas especies de interés que abundan en sus prados de siega y orlas de hayedo, aprovechamos para comer en animada tertulia, a la sombra de unos fresnos junto a las pintorescas cabañas de la zona.
Gentiana lutea, Myrrhis odorata, Polygonum bistorta, Rumex aquitanicus, Pentaglottis sempervirens, Saxifraga trifurcata, Gymnocarpium robertianum, Convallaria majalis, Digitalis parviflora, son algunas de las especies aquí observadas.
De camino al puerto de las Estacas de Trueba, nos acercamos hasta la localidad de Las Machorras, para tomar un café que nos ayudase a aguantar la tarde y después seguimos con el plan que teníamos previsto.
Estacas de Trueba: turberas con Eriophorum angustifolium. Foto: herbario SESTAO.
En el Puerto de las Estacas, que se encontraba esplendoroso con los Eriophorum mostrando sus “penachos”, se comentan algunos aspectos sobre la formación, composición florística y peligros potenciales de las turberas, para dar a continuación un paseo por sus zonas más importantes y observar algunas de sus especies más interesantes, entre las que destacarían Eriophorum angustifolium, Eriophorum vaginatum, Menyanthes trifoliata, Drosera intermedia, Gentiana bory, Potamogeton polygonifolius, Pinguicula lusitanica, Juncus squarrosus etc.
Finalizado el paseo, y después de realizar una foto de grupo, nos dirigimos a lo alto del puerto y descendemos algunos metros hacia la vertiente norte, para contemplar la Vega de Pas hacia donde se desploman los formidables murallones de la cara norte de Castro Valnera.
Tomadas las fotos de rigor, comenzamos el descenso del puerto para realizar la última parada a la orilla de la carretera en una zona con comunidades higroturbosas basófilas y zonas húmedas y umbrosas junto a muros, donde perviven especies de gran interés como Carex davalliana, Carex hostiana, Primula farinosa, Tofieldia calyculata, Geum rivale, Thalictrum aquilegiifolium, Gymnadenia conopsea, Gymnocarpium robertianum, Senecio helenitis subsp. macrochaetus, Dryopteris oreades, etc.
Aquí acabamos la jornada de herborización reservando fuerzas para la preparación y prensado de las plantas así como la recogida de todos los materiales empleados, pues el próximo día tenemos que salir con todos los coches preparados para el regreso.
Al igual que el día anterior, después de cenar damos un paseo hasta Espinosa de los Monteros donde acabamos celebrando el final de las jornadas, en una terraza de la plaza del pueblo y despidiéndonos de algunos colegas que marchaban a primera hora del día siguiente.
La cuarta y ultima jornada (1 de julio) fue más corta que las demás ya que muchos de los asistentes tenían que volver a sus lugares de origen y además teníamos prevista una comida de despedida. Así que después de desayunar en el albergue y cargar los coches, comenzamos la ultima excursión.
En primer lugar nos dirigimos hacia Soncillo y de aquí a Cubillos del Rojo donde teníamos pensado herborizar en los alrededores de una laguna cercana al pueblo y una zona de matorral con ambiente de Quercus pyrenaica. En el entorno de la laguna pudimos observar Carex flacca, Carex hirta, Cirsium pyrenaicum, Dactylorhiza elata, Deschampsia cespitosa, Epilobium hirsutum, Equisetum palustre, Potamogeton natans, Ranunculus trichophyllus, etc., mientras que en las zonas de matorral y herbazales con ambiente de melojar, Euphorbia polygalifolia subsp. vasconcensis, Genista anglica, Genista x arizagae, Genista hispanica subsp. occidentalis, Genista micrantha, Inula salicina, Physospermum cornubiense, Avenula sulcata, Daboecia cantabrica, Endressia castellana, Ophyoglossum vulgatum etc., eran algunas de las más interesantes.
De la laguna, volvimos sobre nuestros pasos hasta Soncillo para dirigirnos al pantano del Ebro y más en concreto a la orilla situada junto a Cabañas de Virtus. Tras acercarnos a inspeccionar algunas zonas y comprobar que la vegetación estaba bastante seca, decidimos centrarnos en algunas zonas encharcadas cercanas y donde prospera una flora singular especializada en esos ambientes, con Lycopodiella inundata, Drosera intermedia, Hypericum elodes, Scutellaria minor, Scutellaria galericulata, Ranunculus flammula, Gentiana pneumonanthe, Utricularia australis, Dactylorhiza maculata, Galium boreale etc. Finalizada la parada, dimos por terminado el trabajo de campo y nos dirigimos a Cilleruelo de Bezana, un pueblo cercano y donde habíamos encargado la comida de despedida en el restaurante Mónica.
La Utricularia australis es una especie rara que se puede ver en las inmediaciones del pantano del Ebro. Foto: herbario SESTAO.
Y para terminar, solamente nos queda agradecer el cariño, la paciencia y la comprensión por parte de todos los asistentes que hicieron posible que estas jornadas se desarrollaran en un clima de cordialidad y buen ambiente.
A continuación unas fotos cedidas por Mercedes Herrera: